Aida Beatriz Diaz Navarrete, cada vez que traigo al presente un momento vivido con mi mamamá, la tía Beata (así es como le decíamos de cariño) también aparece, ambas nacieron en la misma época, ambas eran los únicos troncos vivientes de la familia, recuerdo que se reunían por las tardes para tomar el cafecito recién pasado, cómo olvidar aquellas tardes cuando me entretenía escuchando sus historias, sus vivencias y hasta sus preocupaciones y sobretodo sus consejos… como no recordar las tardes junto a ellas, las tardes en el jardín de mi mamamá o en su casa, ambas tenían hermosos jardines llenos de rosas (digo tenían porque las flores murieron cuando ellas partieron..será que también extrañan??).
Es difícil escribir sobre la gente que ya no esta, que se nos adelanto… hay que usar el verbo en pasado (detesto usar los verbos en pasado)… pero es inevitable…
La tía Beata murió alas 6 de la tarde del viernes, recuerdo que el día del velorio de mi mamamá ella se me acerco y me pidió que no llorase…” la muerte es un hasta luego, ella se nos adelanto así que pórtate bien si quieres volver a verla..pronto también me iré.. y tampoco me gustaría ver a la gente llorando por mi…que me recuerden con alegría “
…y la muerte le llegó un atardecer de invierno.
Es difícil escribir sobre la gente que ya no esta, que se nos adelanto… hay que usar el verbo en pasado (detesto usar los verbos en pasado)… pero es inevitable…
La tía Beata murió alas 6 de la tarde del viernes, recuerdo que el día del velorio de mi mamamá ella se me acerco y me pidió que no llorase…” la muerte es un hasta luego, ella se nos adelanto así que pórtate bien si quieres volver a verla..pronto también me iré.. y tampoco me gustaría ver a la gente llorando por mi…que me recuerden con alegría “
…y la muerte le llegó un atardecer de invierno.
Me portaré bien querida tía, porque quiero llegar a donde ustedes estan.